Nunca es tarde para dar gracias.


A mis profesores.
En realidad no valoramos en toda su dimensión lo que los profesores nos entregan, sino hasta muchos años después, cuando ya somo profesionales y padres, es decir cuando han germinado los frutos que ellos sembraron, siendo sus alumnos. 

Quiero darme el tiempo de agradecer a todos mis profesores, especialmente a aquellos del Liceo de Aplicación, donde terminé mis estudios y este agradecimiento no es unicamente por el tiempo que nos dieron para enseñarnos, historia, geografía, biología, filosofía, religión, química, matemática, física, trabajos manuales, educación física, música, artes plásticas, castellano, ingles, francés, alemán, etc., sino además porque nos dieron ejemplos de educación cívica, constancia, dedicación, justicia, claridad, honestidad, ecuanimidad y sobretodo paciencia. Nos escuchaban, nos motivaban a dar lo mejor de nosotros y tras un fracaso no nos desalentaban y nos empujaban a seguir y a vencer nuestras propias limitaciones. Quiero darles las gracias a todos. No se donde estarán hoy, de muchos ni siquiera me acuerdo de sus nombres, sin embargo todos dieron algo que hoy forma parte de lo que soy y de lo que doy a otros. 

Sin profesores, la sociedad se desvanece y ese es un riesgo que un país y una cultura no pueden correr y ese algo, estoy seguro no es posible ponerlo en cifras o en balances contables unicamente, es algo que va mas allá,  algo que esta estrechamente vinculado con el "ser" humano. Por esto creo que la dignidad del profesorado en Chile, no debiera sólo re-establecerse con bonos,  recursos y proyectos de ley, sino con un trato basado en el respeto, el  reconocimiento y por que no con amor a la labor indispensable que ellos ejercen en pos del desarrollo de las generaciones futuras de personas y países. 

Gracias profesores. 

Gracias profesores de todo el mundo !

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